lunes, 24 de mayo de 2010

¿COMO SE DA LA VIOLENCIA?

En muchas relaciones que se vuelven violentas, es frecuente que el primer ataque aparezca como un evento aislado. Pero en muchos casos, después de que hubo violencia una vez, se desarrolla el siguiente ciclo. Así, mostramos cómo se da la violencia en los distintos ciclos:


Acumulación de tensiones:

Se produce cuando existe un proceso de pequeños episodios que lleva a roces permanentes, con un incremento constante de ansiedad y discrepancia. Hay un clima de temor e inseguridad. Las victimas se refieren a esta fase como aquella en la cual ocurren incidentes menores de agresión de diversas formas. En esta fase ellas están muy alertas de las manifestaciones y tratan, por todos los medios de “calmar” al agresor, haciendo todas las cosas que conocen para poder complacerlo. Es aquí cuando se inicia el proceso de autoculpabilización y elabora la fantasía de creer que algo que ella haga logrará detener o reducir la conducta agresiva del ofensor. Generalmente, en esta fase las mujeres atribuyen la agresión a factores externos como el “estrés” y niegan el enojo de su esposo o compañero y el suyo.


Agresiones :

Toda la tensión se había venido acumulando, dando lugar a una explosión de violencia, que puede variar en gravedad, desde un empujón hasta un homicidio. Se caracteriza por una descarga incontrolable de la violencia física.
Los agresores generalmente culpan a las victimas de la aparición de esta segunda fase. Se ha comprobado que los agresores, sin embargo, tienen control sobre su comportamiento violento y que lo descargan selectivamente sobre sus esposas. Por lo tanto, el agresor es el único que puede detener este episodio. Cuando termina la golpiza, generalmente ambos están confusos y la mujer sufre un fuerte trauma o conmoción. Permanece aislada, deprimida, sintiéndose impotente y casi nunca busca ayuda.
















(Pinchar en la imagen para agrandar)


Luna de miel:


Se produce el arrepentimiento por parte del hombre, pide disculpas y promete que no volverá a ocurrir. Por un comportamiento cariñoso y arrepentido por parte del hombre violento.
Es aquí donde se cierra el proceso de estructuración de la victimización de la. La tensión disminuye a sus mínimos niveles. El agresor cree que nunca más se presentará este episodio entre otras cosas, porque la conducta de la esposa/compañera cambiará y, a veces, buscar ayuda en este momento. La mujer que haya tomado la decisión de dejar la relación en esta fase abandonaría la idea. El la acosa afectuosamente y utiliza todos los recursos familiares que convenzan de desistir en su decisión de terminar la relación. Los valores tradicionales que las mujeres han interiorizado en su socialización con respecto a su rol en el matrimonio operan en este momento, como reforzadores de la presión para que mantenga su matrimonio. Es entonces cuando la mujer retira los cargos, abandona el tratamiento y toma como real la esperanza de que todo cambiará.
Esta fase no tiene una duración igual en todas las relaciones. Lo que la práctica ha revelado es que, conforme la agresión se hace más brutal y notoria, esa fase va disminuyendo, hasta desaparecer en algunos casos.

Con el paso del tiempo, la etapa de la luna de miel se acorta cada vez más y los incidentes explosivos se hacen más frecuentes, más violentos, y más peligrosos.
Sin embargo, en ciertos casos puede faltar alguna de ellas, la violencia no es necesariamente cíclica; a veces aparece de repente, sin necesidad de justificación ni ritmo.

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